martes, 2 de enero de 2018

El favor

Anoche quedamos una amiga y yo para dormir.
Le pedí, por favor, que no me dejase solo y despierto,
que no podría aguantar el devenir del tiempo parado
en medio, tirando al fondo, de mi cuarto.
El tiempo como la bala de la ruleta que no va a fallar.
Hacía frío como mi corazón helado,
como en aquel poema de Campoamor
en el que -por matar de calor, mueres de frío.-
Un círculo vicioso, una espiral en relieve,
agitado como aquel cóctel que me terminé en el baño.
Un mareo por días sin dormir ni comer
que le dio movimiento al huracán,
esos 5 kilos que con ellos a saber que se irá.
Una flor robada en el cementerio de las flores.
Me dormí el primero y nunca me lo perdonaré,
tres minutos duró una promesa eterna
y sé que cuando muera las lágrimas que lloren
no serán por mí sino por ella.

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